MAPA
CARTOGRAFÍA DE IDENTIDADES RURALES construye un mapa imaginario del territorio, donde aparece reflejada la identidad de los habitantes, su historia y su patrimonio. Todos estos elementos constituyen la materia prima de nuestro proyecto.
Sigue todas las novedades de la cartografía en nuestras redes
Construye tu propia cartografía rural
Albañiles en la torre de la ermita
Llama la atención además de la falta de seguridad, los rudimentarios andamios hechos de madera.
Visita del Obispo
La visita del Obispo fue, sin duda, el acontecimiento de aquel año en el pueblo.
A las puertas de la ermita
Durante las fiestas de San Roque, patrón del Pueblo.
La banda
Que importante es la banda para amenizar la romería.
Por las calles de Belmonte
Años 60
Casas del pueblo
Casas en Belmonte de Gracián.
Cabalgata reyes magos
La noche más mágica del año siempre precedida de la famosa cabalgata de reyes.
Tobed desde el cerro
Foto tomada desde el cerro de la sierra de Vicort, enfrente se puede ver la sierra de Algairén y la ermita de San Valentin, patrón de Tobed.
Se ve que la foto es antigua porque la ermita aun no tiene techo.
Jugando al corro
1950 aprox.
El grupo de niñas son protagonistas de ese lugar que acaban de conquistar, la plaza del Planillo. Lugar privilegiado de tantos y tantos juegos, testigos bulliciosos de ese crecimiento vital. Allí todas las generaciones de Villamayor han jugado.
Enmarcando la escena la desaparecida, y no recuperada, puerta en arco de la casa lugar y la antigua tienda de ultramarinos de Julio Santabárbara.
Carreras de pollos
1915
Las carreras de pedestres, eran un acto imprescindible en cualquier pueblo de la zona.
Conocidas popularmente como "carreras de pollos" por ser este el regalo que recibían los triunfadores.
La enramada
1958
Las enramadas las confeccionaban los mozos, el día del Domingo de Pascua. Una galera o un carro adornado con elementos vegetales les servía para salir a rondar por las calles del pueblo. Luego marcharían al monte a comer.
En la actualidad ya no se ven, en su lugar hay carrozas para las fiestas.
La Torre del Abejar
1950
Las "torres" son, en la ribera aragonesa del Ebro, la forma más común de poblamiento disperso que podemos encontrar. Casas agrícolas con todas sus dependencias situadas junto a las tierras de regadío de su propiedad.
Así ocurría y ocurre en Villamayor y poblaciones de alrededor.
Trillando junto a la ermita
1934
La imagen fue publicada en la revista Aragón, en un artículo titulado "Una gloria aragonesa olvidada. Cómo vivió y cómo murió don Mariano Castillo, autor del almanaque conocido por el `verdadero Zaragozano´".
La foto, tomada desde la ermita, captó una escena de trilla con caballería tirando del clásico trillo de pedal.
Las manolas
1970 aprox.
De peineta y mantilla negra Jueves, Viernes y Sábado Santo. ‘ Las Manolas’ son parte del imaginario y tradición de la Semana Santa.
La presencia femenina en la Semana Santa hoy es más igualitaria, hace años las mujeres no podían ser nazarenas pero si ser ‘Manola’ para acompañar las procesiones.
La Iglesia Vieja
1956
La actual iglesia de Villamayor es resultado de una reforma realizada en 1973 .
Durante esta reforma se reorientó la nave central y eliminaron , entre otras cosas, las capillas laterales. Esto cambió el aspecto de la Iglesia para siempre. Hoy podemos ver como era gracias a fotografías como esta.
Los churreros
1954
¡Que pronto asociamos el olor de los churros con la fiesta! Es algo que no ha cambiado con los años, calientes, crujientes,azucarados...
En esta curiosa instantánea vemos a los churreros, se distinguen los horneros con el traje de faena.
El danzante
1921
Hasta los años 20 hubo dance en Villamayor.
El dance de Villamayor, al igual que sucede en otros muchos dances aragoneses, tenía una parte teatralizada que se conocía como Coloquio. Se trataba de unos diálogos entre los propios danzantes sobre la celebración de la fiesta. Y junto a estos, aparecían los dichos recitados a la Virgen del Pueyo en su festividad.
Hace pocos años el dance fue recuperado por los vecinos de Villamayor.
Los de la calle San Gregorio
1910 aprox.
Los vecinos de la calle San Gregorio de Villamayor quisieron retratarse juntos. Es una de las fotografías vecinales más antiguas que se conserva del pueblo.
La carretera
1963
Cuando a las carreteras las bordeaban árboles.
Hoy esta carretera se corresponde con la A-129 que va desde Santa Isabel a Sariñena. Actualmente solo conserva árboles entre el llamado puente primero y el comienzo de la calle de la Balsa.
El pozo del hielo
1940 aprox.
Una de las pocas fotos que quedan del llamado "pozo del hielo" o de "la nieve".
Había sido desde muy antiguo de propiedad municipal. En él se almacenaba el hielo o la nieve que se podía recoger en la Balsa durante el inverno para su uso durante el resto del año (helados,remedios médicos, etc.)
En la recocina
1960
En la imagen Pabla Conte, es sorprendida midiendo leche con un medio litro.
Desde un pozal de zinc pasa la leche a otro más pequeño situado a su derecha.
No todo era coser y cantar
1965
El coser de encargo a medida, o como en este caso, "a batalla", es decir en cadena y para fábricas de confección, eran dos de las actividades productivas comunes a muchas mujeres, alternativas a trabajar en industrias de Malpica, como hacían otras.
Pilar Mesones y María Lamonjera
2 de abril de 1961
Pilar Mesones y su amiga María Lamonjera, llamada así porque su familia cuidaba los huertos de las monjas de Daroca, posan en el Pinar de la localidad.
Ambas comparten los mismos gustos con respecto a la moda: falda midi, pañuelo atado al cuello y corte de pelo.
Pilar Mesones en el Pinar
1 de abril de 1957
La moda es un reflejo claro de la época. La
tía Pilar Mesones acostumbraba a vestir
siempre de una forma muy elegante.
Aquí posando en el Pinar de Daroca.
Nochevieja con amigos
Década de los 60.
Los momentos especiales necesitan siempre de una celebración. Entrar en un nuevo año con alegría es importante, la tía Pilar Mesones junto con su marido Florín y amigos celebraban siempre esta noche especial con champán, gorritos de fiesta, copas de “las de antes” y fumando porque era una ocasión excepcional.
El abuelo Felipe y su fiel compañero
6 de agosto de 1977
El motor económico de Daroca es y ha sido principalmente la ganadería y la agricultura. El abuelo Felipe se dedicaba a la agricultura desde pequeño, sus manos y su cara castigadas por el sol lo demuestran. Iba siempre al campo con un burro a labrar, especial cariño guarda la familia del burro Sebastián cargado de leña y con un talego (saco) lleno de patatas.
Alrededor del hogar del pueblo
1977 aprox.
Durante el siglo XX era muy común la imagen de las familias unidas alrededor del calor del hogar.La cocina se solía situar en la primera planta de la casa, las cuadras en la planta inferior y los cuartos “catres” en la superior. La abuela Inocencia que sabía leer y escribir y no era de Daroca sino de un pueblo de Castilla y León acostumbraba a sentarse a charlar con su familia en la cadiera (el típico banco de madera con reposabrazos alrededor del fuego). Muchas veces lo hacía rodeada de sus nietos como con Pili preparadas en la imagen para comerse la merluza de ración.
El baño
1960 aprox.
Sin piscinas, sin mar, sin nada... pues el agua corriente no llegó hasta el año 1973-74.
Las acequias (o zeicas) eran el único lugar en el que refrescarse durante el verano.
Las guisanderas
1970 aprox.
Foto tomada en casa Tomás, lugar donde siempre se celebraban las bodas en Villamayor.
En estos eventos nunca faltaban las guisanderas, que no eras otras que las propias mujeres de la familia; todas ayudaban y cooperaban para que la celebración fuese posible.
Marcando reses en el corral
1893
El viejo pastor de la casa sujeta la res que va a ser marcada por su compañero, el que acerca el hierro. Las ovejas ya marcadas se arremolinan junto a la pared.
El acto de marcar el ganado con hierro candente para identificar la propiedad tiene sus orígenes en la antigüedad, con usos que se remonta al Antiguo Egipto.
Grupo en el corral
1882
Corral de "Casa Casellas". En la fotografía observamos, entre otros, cinco sacerdotes, dos damas, la niñera y un guarda.
Detalles curiosos: la gran pila de piedra de la izquierda, con su pozal de madera en el suelo, el carro sobre el que están el cura y el señor de la pajarita y la curiosa escalera del rincón por la que los niños han llegado al tejado.
Mariano Castillo y Ocsiero
1821-1875
Astrónomo creador del Calendario Zaragozano. La imagen es una fotografía de un retrato al óleo que aún conservan sus herederos publicada en la revista Aragón en 1934.
Mariano Castillo dijo de Villamayor que era “el lugar de sus amores”. De él se dice que interpretaba los fenómenos meteorológicos y que tal era su percepción que un día unos mozos colocaron a escondidas un papel de fumar bajo la piedra en la que se sentaba junto a la ermita para observar el firmamento, de tal forma que al sentarse exclamó “O se ha bajado el cielo o se ha subido la tierra”.
En Villamayor el colegio público y una calle llevan su nombre.
Pascualín
1960
Así era llamado por los niños el portador de la caja de limosnas.
Figura hoy desaparecida, era sin lugar a dudas una de las imágenes más simpáticas y queridas de la vieja iglesia, especialmente por la chiquillería.
Los alabarderos
1945
Con sus peculiares atuendos, los “alarbaderos”, son una de las notas más características de la Semana Santa de Villamayor.
Atrás quedaron las grandes barbas, que tanto temor infundían a los más pequeños. Actualmente siguen acompañando solemnemente a la procesión del Santo Entierro.
Verdaderamente curiosa resulta la tela que sirvió de fondo, a la vez que evitaba los descorchones que sufría la pared.
El lavadero público
1968
Son otros tiempos, el lavadero hace más cómoda la tarea y asegura el agua casi todo el año, menos en el corte por la limpia de las acequias.
Espacio esencialmente femenino, donde junto a la pasada de jabón, al restregón y al aclarado se compartían noticias y se lavaban otras “prendas”.
Las cerezas se cogen del mango
1961
“A li, a li, a li, lango, las cerezas se cogen del mango”
Desde finales de mayo hasta finales de junio, las familias enteras se afanaban en recoger la cereza de los numerosos cerezales que había por toda la huerta.
Primero las monzonas, que eran las tempranas, después las talegueras, y entre tanto las pichonas, todas ellas para la plaza, y las francesas, que se vendían para la conserva, y en medio del tajo un alto para reponer fuerzas, como hace la familia de Félix Oto en su cerezal del Sasillo.
El tío calzones
Antes de 1920
“El tío calzones”. Así apodaban a Francisco Roche Lostao, el último abuelo que vistió el traje de calzón en Villamayor. Y lo hizo hasta 1920, año en el que murió. La fotografía fue realizada en la antigua Azucarera de Aragón, en la Avda. de Cataluña (Zaragoza), en la que había trabajado años antes.
La foto es un documento extraordinario para conocer cómo era el traje tradicional masculino de la zona.
Camino del Brazal
1968
El brazal del Caidero es uno de los lugares cruciales para la vida diaria en Villamayor.
Este junto con el puente Primero, eran los dos puntos habituales de recogida de agua potable para toda la población.
Moreno Balduque quiso plasmar, en una de las postales que
comercializó, este rincón de la huerta de Villamayor.
Calle del horno bajo
1943
Durante el siglo XVI se tiene constancia de la existencia de dos hornos de cocer pan en Villamayor, los dos eran de propiedad municipal.
Anualmente se arrendaban para poder cocer el pan de todos los vecinos. Los nombres de dos de sus actuales calles nos recuerdan en qué lugar se situaban.
La foto también nos permite observar los andamiajes de la época.
Bailes en San Roque
Durante las fiestas de San Roque, celebradas el 16 de agosto, los vecinos y vecinas del pueblo suben en romería a la ermita para disfrutar de chocolate, comida y música de la charanga todos juntos y juntas.
El Santo es transportado en un remolque por los vecinos y vecinas.
En la foto los vemos disfrutar de la música y la celebración animadamente.
Calle de la carnicería
La calle de la carnicería es sin lugar a dudas una de las más bonitas y la que mejor ha sabido conservar el sabor de lo antiguo. Alberga magníficos ejemplos de arquitectura popular junto con casas solariegas de los siglos XVII y XVIII.
Hasta el siglo XIX aquí se encontraba la carnicería municipal, uno de los principales lugares de la vida doméstica y social de Villamayor. Junto a la carnicería se encontraba “La Fosqueta” o calabozo local que pervivió hasta mediados de los 70.
En la foto la vemos engalanada de fiesta. Esta instantánea luego se convirtió en postal comercial.
A descoronar remolacha
Durante la recogida de la remolacha azucarera la mujer adquiere un papel fundamental. Se encargaba de descoronar la remolacha cortando con cuchillas sus hojas, mientras los hombres las arrancaban de la tierra con ganchos.
La remolacha azucarera fue uno de los principales cultivos en las huertas de Villamayor hasta los años 70, momento en que se desmantelaron las principales azucareras que quedaban en funcionamiento, la del Gállego y la denominada “La Vieja”.
Procesión de la Virgen de Fátima
En 1948 Cervera de la Cañada se encontraba invadida por una plaga de saltamontes y se decidió traer a la Virgen de Fátima como remedio para paliar este mal.
Durante todo el día estuvieron paseándola por el pueblo, para honrar a la Virgen prepararon un arco de flores en las Cuatro Esquinas por donde pasó para júbilo de los vecinos y vecinas. Finalmente, la plaga cesó y la Virgen volvió a su lugar de origen.
Tere. La telefonista
Cervera de la Cañada
En el siglo XX existía la figura ya perdida de la telefonista del pueblo. En esta caso, Teresa era la encargada de gestionar las llamadas que recibía en el único teléfono del pueblo, que se encontraba en su casa.
A través de la línea telefónica escuchaba todas las historias de los vecinos y vecinas guardando como en oro en paño todos sus secretos.
Alexia, vecina del pueblo y sobrina de Tere, recuerda con cariño como su tía le decía “corre, ve a casa de Pepita que la están llamando”
Un americano y su Polaroid
Década de los 60, Belmonte de Gracián
El hermano de Pilar Buenafe, emigró como tantos españoles buscando una vida mejor a América. Se instaló en Nueva York y empezó a trabajar en un hotel, haciéndose amigo del gerente. Tal fue la amistad que entabló con él que lo invitó a visitar su pueblo que tanto echaba de menos.
El gerente trajó consigo una cámara polaroid, la primera que veía Pilar Buenafe y su familia, con ella se hicieron la primera foto en color de sus vidas.